Silvia Torrás en MCMC (Nota y Audición On line)
Estamos en la Galería Lirolay, centro neurálgico de la vanguardia en cuanto a la experimentación y renovación del lenguaje artístico, precisamente el 20 de noviembre de 1961. Un gran escándalo, las adhesiones escasas y según Jorge López Anaya, el hilo conductor era el desastre, “un basural artísticamente montado”. Se trata de “Arte destructivo” muestra ideada por Kenneth Kemble , artista que también se destacó como crítico de arte del Buenos Aires Herald entre 1960 -63.
Residuos, basura, ataúdes, un sillón tapizado del que emergía lana, imagen que se la comparó con el sexo femenino, paraguas negros que colgaban del techo, pinturas informalistas despedazadas y un sinnúmero de elementos siniestros que constituyeron la primera ambientación de arte experimental. Participaron Enrique Barilari, Olga López, Jorge López Anaya, Antonio Seguí, Luis Wells, Jorge Roiger que fotografió todo y Silvia Torrás , esposa de Kemble, un grupo que se tiró de cabeza hacia lo desconocido, y en palabras de Kemble, “una idea descabellada que son las que conducen a mundos nuevos”.
Pero esta nota rinde homenaje a Silvia Torrás, nacida en España en 1936, que vivió y estudió en la Argentina, cursó las Escuelas de Bellas Artes, Belgrano y Pueyrredón, asistió al taller de Kemble con el que expuso en Peuser (1960), en Lirolay (1961) y en la mencionada “Arte destructivo”, “El hombre antes del hombre” en el Museo de Arte Moderno (1962). También expuso en los Premios Di Tella y Ver y Estimar , ambos en 1963.
Al separarse de Kemble, deja de pintar , se establece en México y fallece en Cuernavaca en 1970.Algunas muestras la recordaron: “Love Story” en Van Riel (1979),en el Museo de Arte Moderno (2002), “Resplandor” en marzo (2019) con obras de 1960-63 en el Museo Sívori, bajo la curaduría de Florencia Qualina que en su presentación señaló que “dentro del mapa informalista de gran parquedad cromática, Silvia se destacó por emplear el color de manera exuberante, a partir de chorreados , sucesivas capas de pintura y pinceladas extensas”.
Florencia Qualina es otra vez la curadora de una muestra individual que se exhibe en MCMC titulada “Juventud y alegría” en la importancia de sus amarillos, azules, verdes, rojos que vibran como tempestades de lava”. A propósito de su obra, Mujica Láinez escribió que “los elementos en sus obras se funden en un luminoso desorden”.
Es precisamente el color el que invade la sala y recordamos que es una necesidad vital, cuya acción no es meramente decorativa sino sociológica, ya que combinado con la luz se convierte en una necesidad humana. Una muestra reinvindicatoria de una artista mujer alineada con el informalismo– hubo algunas otras, pocas, que merecerían también ser recordadas como Noemí Di Benedetto, Estela Newbery, Elena Tarasido–. En momentos tan oscuros como en los que se vive es muy importante volver a ver las obras de Torrás que no han envejecido y hacen honor al título de la muestra.
Mariscal Castilla2871. Piso 10 “A”. De acuerdo a las normas vigentes solicitar turno a: 4 875 5805.
Publicado en Ambito Financiero (10/5/21)
Radio Conbexión abierta «Pincelas y otros condimentos» (8/5/21)