12 agosto, 2014

«Seducción Fatal» en MNBA

Por Laura Feinsilber

“La Seducción Fatal- Imaginarios Eróticos del Siglo XIX”, bajo la curaduría de Laura Malosetti Costa, está en exhibición en el Pabellón de Exposiciones Temporarias del Museo Nacional de Bellas Artes.

65 obras entre pinturas, esculturas, grabados, fotografías e impresos reunidos en cuatro núcleos que incluyen artistas europeos y argentinos así como el uruguayo Juan Manuel Blanes.

Esta extraordinaria colección de nuestro museo mayor , creado en 1895, no hubiera sido posible sin la intervención de coleccionistas que a fines del siglo XIX y la primera década del XX adquirían obras de arte europeo que luego donarían con gran generosidad, además de las compras realizadas bajo la gestión de Eduardo Schiaffino.

A propósito recomendamos la lectura de “Los Dueños del Arte- Coleccionismo y Consumo” de María Isabel Baldasarre publicado en 1996 cuya investigación sobre este tema arroja interesantes apreciaciones y jugosas anécdotas. Otro libro que trata el tema también de manera medulosa es el de Marcelo Pacheco, “Coleccionismo artístico en Buenos Aires” (2011).

Al recorrer los distintos núcleos, las obras europeas en su mayoría y las nacionales, revelan cuál era la mirada hegemónica de ese período y según Malosetti Costa la intención de la muestra es desnaturalizar su carácter de obras de arte de museo para vincularlas con otras manifestaciones de la cultura de su tiempo.

El gusto predominante era un erotismo delicado como el de Bouguereau o Lefevre, predilección por motivos orientales, que dieron forma a una cultura que sólo podía soportar cuerpos delgados, idealizados, ejemplos de belleza.

Pero hubo artistas que se atrevieron a cambiar esta imagen impoluta, por ejemplo, Eduardo sívori con su “Lever de la bonne” de 1887 y que fuera anónimamente calificado como pornográfico..

Hay un personaje clave: Eduardo Schiaffino que detrás de su “nome de plume”, Zigzag, criticaba la pacatería de las señoras que se escandalizaban.

Otra intención de este proyecto curatorial es echar una mirada crítica sobre esta colección del siglo XIX, en su mayoría realizada en Europa y situarla en la Buenos Aires de entonces.

Aparecían entonces grabados y libros de lujo, la fotografía, la caricatura política, el cine, la milonga, el tango, la diferencia de la cultura de elites y las clases populares.

Debe recordarse que Buenos aires era considerada bella pero también peligrosa, por la proliferación de burdeles, la trata de prostitutas inmigrantes, de hombres riquísimos que gastaban su fortuna en París y las mujeres vestidas al último grito de la moda que se paseaban por la calle Florida.

Muchos secretos de aristas que pintaban a sus criadas desnudas, la circulación de fotos eróticas y hasta el cine como puede verse en una pequeña salita donde lo pornográfico de entonces hoy suena absolutamente ingenuo

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Volviendo a Schiaffino puede apreciarse en la muestra “Eros et Psyché” un tondo pintado a la acuarela por Edouard M. Dubufe, uno de los grandes pintores decorativos franceses de la época comprado en París en 1906.

En el núcleo “Eros y Violencia: el rapto”, un tema que aparece desde la antigüedad en la mitología griega , muy tratado por los pintores europeos, en el Río de la Plata y a partir de Esteban Echeverría se corporiza a causa de las guerras de frontera

Rugendas, Monvoisin, , entre los artistas viajeros lo abordaron, Blanes y Angel Della Valle con su célebre “La Vuelta del Malón” de 1892.

En “Prisioneras y Cautivas” , el sometimiento de la mujer es uno de los temas principales. Atadas . encadenadas, eran prisioneras del deseo masculino: esclavas griegas, odaliscas, santas

El erotismo oriental excitó la imaginación del hombre del siglo XIX, especialmente ingleses, franceses y alemanes que viajaban al Medio Oriente , a Africa y al volver contaban sus aventuras en tierras tan misteriosas. El argentino Severo Rodríguez Etchart pintó en París sus odaliscas eróticas.

Desnudo, voyeurismo, transgresión , otro de los núcleos, trata de cómo el desnudo se considera puro arte en los museos donde parecieran estar “a salvo” de toda connotación sexual o sensual. .

Están los óleos de Prilidiano Pueyrredón “El Baño” y La Siesta”, muy osados para la ´epoca y no debe soslayarse “reposo” (1890) de Schiaffino, de carácter simbolista.

“Seductoras fatales y musas modernas” está asociada con una imagen de la mujer fría, bella, dominante, imagen de la mujer moderna.

Malosetti Costa cita a Donna Guy que escribió sobre la prostitución en la ciudad según un libro publicado en 1994 que señala a “Buenos Aires como un tenebroso puerto de mujeres desaparecidas y vírgenes europeas secuestradas que se veían obligadas a vender su cuerpo y a bailar el tango”. Esta imagen no está registrada visualmente sino en los tangos, sainetes y novelas. Se incluyen obras de dos mujeres artistas que no sólo pintaban desnudos sino que los exhibían: Sofía Posadas ((Buenos Aires, 1857 -1938) Provocó un escándalo mayúsculo cuando mostró un desnudo en pastel, de espaldas y la italiana Juana Romani (1869-1924) que pintó autorretratos muy inquietantes.

Un montaje excelente contribuye al lucimiento de estas importantes obras, muchas de ellas no frecuentemente expuestas y que dan cuenta del riquísimo patrimonio del MNBA.

Esperamos la publicación del catálogo ya que varios escritores argentinos han sido invitados a abordar este apasionante tema.

Publicado en Ambito Financiero