Rogelio Polesello, Retrospectiva en MALBA
MALBA rinde homenaje a Rogelio Polesello (Buenos Aires, 1939-2013) con una exposición antológica dedicada a sus obras desde fines de los 50 hasta mediados de los 70.
“Polesello Joven 1958-1974” consta de 120 obras que se despliegan en cinco núcleos , el primero, monocopias, tintas , témperas y óleos de los años 58/59 correspondientes a la abstracción geométrica. Debe recordarse que precisamente en 1959 realizó su primera muestra individual en Galería Peuser y muchos de los trabajos se basan en la lectura positiva y negativa de bandas triangulares y romboidales.
El segundo núcleo incluye obras de gran formato de principios de los 60 entre las que se destacan sus experimentaciones con pistola de aire y chapas que Polesello utiliza como matrices para generar la vibración del color.
Ya es invitado a exponer internacionalmente, participa de exposiciones colectivas , entre ellas, “150 Años de Arte Argentino en el Museo Nacional de Bellas Artes y le es otorgada la faja de honor del Premio Ver y Estimar en la Galería Van Riel.
Se incluye en este núcleo un mural de 5m. de 1960/6 que nunca fue exhibido.
El tercer núcleo que comprende 1964/66, se exponen pinturas como las exhibidas en la II Bienal Americana de Arte organizada por Industrias Kaiser en Córdoba, las del Premio Esso que le fue otorgado en Washington y la obra enviada en 1965 a la VIII Bienal de San Pablo.
Asimismo se exponen los tapices realizados para la Galería del Sol, época también en la que incursionó en el diseño gráfico.
El cuarto núcleo se inicia en 1967 con sus primeras obras en acrílico tallado con apariencia de lupas que alteran , desfigurany multiplican las imágenes de la realidad.
Se suceden muestras y premios tanto en la Argentina como en Caracas, Bogotá, Puerto Rico, Río de Janeiro y también Europa .
Sus experimentaciones vinculadas al espacio se traducen en grandes placas de acrílico tallado, columnas, cubos, con tallas cóncavas y convexas, el rayo de luz pasando por un prisma.
A propósito de estas obras , en un texto “Constructor de Materiales Nuevos” fechado en 1973 , Damián Bayón las llamó “construcciones” ya que las obras tridimensionales de Polesello no son en realidad esculturas. Usó otros términos, “concreciones” y “solidificaciones”, ejecutadas con gran perfección como este tipo de arte lo requiere.
Polesello nunca cayó en ecuaciones científicas, se dirigió a todos los que se acercaron a su obra con espíritu lúdico. El montaje demuestra una vez más que en Polesello todo es bello , de buen gusto, dos expresiones criticadas y hace mucho erradicadas del lenguaje del arte pero que iluminan, aunque sea por un breve lapso de tiempo, este espacio desencantado que nos toca vivir.
En distintas vitrinas se exhibe una importante selección de fotos, manuscritos, artículos periodísticos, folletos, libros y correspondencia. Este archivo exhaustivo fue comenzado por el artista en 2012 con un equipo integrado por Victoria Giraudo, Josefina Barcia, Verónica Rossi y curaduría general a cargo de Mercedes Casanegra.
En una ocasión y muy poéticamente Polesello expresó lo siguiente:
“Cuando era chico jugaba con un vidrio que me ponía en un ojo y así exploraba con esta ventana opacante. Cuando empecé a pintar hacía monocromías buscando el oficio y en este acompasado silencio me encontré un día pensando en qué quería pintar, de pronto el sol atravesó la ventana y se deshizo en una de mis esculturas de acrílico, esos monóculos estridentes que conservaron mi infancia y se expandió por todo el espacio ese mandato iridiscente y terminó la ceguera: aquí está, dije, agarré el soplete y junté el sol en el plano”.
Publicado en Ambito Financiero