Ensayos Academia Nacional de Bellas Artes II
En su texto “Mirada Antropológica sobre la Belleza”, María Cristina Dasso cita a Platón, Santo Tomás, a aquellos que, como David Hume, también pensaron sobre el gusto y por supuesto a
Kant que destaca que las cosas no son bellas en sí mismas sino que su impresión en nosotros es lo que las hace eventualmente “bellas”.
No podía estar ausente el filósofo alemán Hans- George Gadamer (1900-2002) fundador de la teoría hermenéutica y su libro “La Actualidad de lo Bello” donde señala que este concepto se asocia con algo que esté reconocido por el uso y la costumbre, con algo que –como solemos decir—sea digno de verse y que esté destinado a ser visto. Gadamer considera que la experiencia de la belleza es central para la comprensión de la naturaleza así como la estrecha relación entre la belleza y la verdad.
Desde 1980, la Dra. Dasso realiza investigación etnográfica entre los Wichí del Chaco Central, de allí que el texto se completa con los significados de la belleza para esta comunidad que considera que la estética, el significado y la utilidad deben marchar juntos para calificar como objeto bello.
“La Belleza no Piensa”, así titula Elena Oliveras su ensayo en el que establece que hoy no es lo bello sino lo feo lo que predomina en el arte.
Lo feo nos induce a pensar, nos sacude, nos lleva a buscar el porqué de ese sacudimiento. Pensar con los sentidos sería la consigna de lo feo. Contemplar, la de la belleza. En el trasfondo de una obra bella puede jugar lo feo, lo terrible, lo siniestro, opuestos que no son excluyentes.
La autora menciona a Humberto Eco y su “Historia de la Fealdad” (2007) cuyo antecedente es “Estética de lo Feo”, escrita por Kart Rosenkranz en 1853 donde se establece una analogía entre lo feo y el mal moral.
También a Enio Iommi, nuestro contestatario artista, cuando dice “no es el gato de angora sino el gato sarnoso el que mejor refleja el tiempo que nos toca vivir”.
Picasso, Otto Dix, Mauricio Cattelan, Paul Mc Carthy, los argentinos Alberto Heredia, Norberto Gómez, Juan Carlos Distéfano, Berni, Nicola Constantino, Fermín Eguía, entre otros, son los artistas que provocan este terrible sacudimiento.
“Son bellos los zapatos, los chicos, las chicas, los paisajes y las flores, los aspectos de la naturaleza, sus luces, sombras y colores. Es bello el verde, el intenso azul del cielo…Se puede pensar que sobre la belleza ya todo se ha dicho…es tema abierto”.así comienza el planteo de un ensayo de doce páginas de Rosa María Ravera, imposible de resumir en este espacio.
La vinculación entre arte y naturaleza a partir del Renacimiento, el desvío barroco– Ravera es una experta en este estilo artístico—el tan comentado derrumbe de la belleza en el arte contemporáneo. Un análisis de la historia de la belleza en la pintura y sus variantes que los pensadores han formulado por lo que la autora recurre a Kant, Eco, Gadamer, Duchamp, el “dios es belleza” medieval, Botticelli, las visiones contemporáneas del mundo globalizado, desde el perro atado en una Bienal en Nicaragua, el empaquetamiento del Reichstadt en Berlín y una lista de artistas argentinos, el caos en Noé, el tema trágico del cuerpo en Distéfano o Gómez y otras preferencias de la autora acerca de artistas cuyas obras describe e inscribe en la rica diversidad de técnicas y personales visiones del mundo.
Jorge Taverna Irigoyen escribe sobre “Estética del Displacer. Belleza/Hedonismo/Fealdad”. No hay belleza inmutable, hoy existen conceptos de belleza que no tienen por qué relacionarse con lo armónico, el equilibrio, la verdad, la perfección, lo placentero.
Narciso es quien encarna actualmente el símbolo de nuestro tiempo: vivir en el presente, la pérdida del sentido de continuidad histórica en la que las grandes cuestiones se desvitalizan. El concepto de belleza ortodoxo no funciona. Imperan la fealdad, el hedonista culto del cuerpo, se acepta lo banal, la nada, el vacío.
Otros códigos: el feísmo, escenarios de confrontación, choque de expresiones, una estética de la provocación, el arte que duele, que incomoda. Una mirada sin concesiones acerca de la realidad actual.
“Apuntes sobre arte electrónico” de Carlos Trilnick y “Reflexiones sobre arte y tecnología” de Graciela Taquini analizan el campo de nuevas posibilidades estéticas de creación y recepción que son exclusivas de las obras mediáticas. Trilnick destaca la generación de artistas que ronda los 30 años, “nativos digitales” que crecieron en la post-televisión, generación sensible al uso de los dispositivos digitales y a la virtualidad, acostumbrada a los vaivenes tecnológicos, a la fluctuación social, política y económica, a la inestabilidad de las sociedades contemporáneas.
Para entender la belleza de la era digital, según Taquini, es importante conocer su origen: las vanguardias históricas, las neo-vanguardias de los 60, el Neo-DaDa y el arte cinético. La nueva concepción de las obras tecnológicas carece de una sola dirección y depende de las tendencias de los artistas. El peligro de la tecnología por la tecnología misma es la posibilidad de caer en lo superficial o convertirse en “caramelo visual” como también convertir al usuario en un mono que clickea.
Consuelo Ciscar Casabán, ex Directora del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) entre otros cargos institucionales, de gran trayectoria en el campo artístico y bastamente galardonada fue invitada a participar en esta publicación. “Entropía estética”, su título proviene del reconocido libro “Arte y entropía” donde Rudolph Arnheim dice: “Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente”.
Desde “Las Señoritas de Avignon”, el mundo de las artes visuales se transforma y la belleza comienza a tener otros significados. Picasso mismo refiriéndose a Van Gogh explicó que “cuando ya nadie sabía cómo continuar, él encontró un amplio camino para el futuro”. Ya no se ocupaba de la belleza sino de la verdad, de la vida, de lo que ocurre en las calles. Entre citas a Adorno, Arthur Danto y Charles Baudelaire, Ciscar elige varios verbos respecto a lo que debe hacer el arte: criticar, sorprender, conmocionar, incordiar, iluminar, sacudir, incomodar.
Publicado en Ambito Financiero