19 agosto, 2019

Graciela Zar y Lydia Zubizarreta

Por Laura Feinsilber

Entre los numerosos premios recibidos por Graciela Zar  se encuentra el Facio Hebequer (1975), Gran Premio de Honor Salón Nacional (1986), Manuel Belgrano(1994), Premio Konex (1992), Primer Premio Salón Nacional de Santa Fe (2006).

Integró el Grupo 6 junto a Olga Billoir, Alicia Díaz Rinaldi, Mabel Eli, Matilde Marín, Zulema Maza que a mediados de los 80 decidieron romper con las normas del grabado tradicional y se distinguieron por el carácter experimental  de sus obras. En primer lugar incorporaron el papel hecho a mano y en el caso de Graciela Zar, transformaba su imagen por el desplazamiento de restos de papel que ocultaban y desocultaban los secretos de la impresión.

Muy largo es el camino recorrido por esta artista que se distingue por la calidad y apertura acerca de los conceptos de la gráfica que continúa renovándose  como puede apreciarse en salones nacionales y competencias internacionales ya que es escaso lo que se exhibe en galerías privadas, algo incomprensible actualmente en nuestro país que se ha destacado por su larga tradición de artistas que han descollado en esta disciplina.

“Ecos del tiempo” es el título del excelente conjunto de obras expuestas actualmente en el espacio de arte “ La Caja de Cristal” del Banco Ciudad pertenecientes a distintos períodos que podrían incluirse dentro de la categoría “paisaje subjetivo” según palabras de la artista.

Zar experimenta con distintas técnicas a las que interviene con postales familiares, en algunos casos, relacionadas con el afecto y la memoria. Otras son postales de obras emblemáticas de la historia del arte y también con elementos metálicos, de madera, lana y objetos encontrados que complejizan su imagen y nos la devuelve con la ambigüedad y atractivo necesarios  para convertir una técnica milenaria en una de mayor alcance contemporáneo.

Clausura el 29 de agosto . Lunes a viernes de 10 a 20hs.  Florida 302. PB.


 

Se cuenta que el maestro del paisajismo Wo-Tao-Tzu salió un día por encargo del emperador a pintar unos bambús junto al río. Permaneció todo el día y regresó sin haber dado una pincelada. “Lo tengo todo aquí”, dijo, señalando su corazón.

Esa actitud del maestro compendia la idea del taoísmo frente al arte:  el contenido del arte son estados de ánimo, el objeto del arte es transmitirlos. Es lo que hace Lydia Zubizarreta cuando pinta su paisaje, el que habita gran parte del año y el que la habita. Nada menos que la Cordillera de los Andes en el área del Lago Lacar que se rinde a su estado de ánimo y le revela sus secretos.

El silencio, la brisa entre coihues, lengas, el sol que penetra en el bosque y que cambia según las estaciones: brillantes y armónicas, intensas y germinales, delgadas y dispersas, oscuras y ominosas.

Hay azules,  verdes, amarillos, transparencias, todo aparece sutilmente. Zubizarreta ha elegido el arduo camino de apostar al lenguaje pictórico, modular luz y color.

Y al elegir el paisaje los que estamos condenados al paisaje urbano nos remitimos a un cuadro de una tira reciente del dibujante Liniers  en la que cita a Frank Lloyd Wright : “estudia la naturaleza, ama la naturaleza, acércate a la naturaleza, nunca te fallará…”.

En esta exposición la artista presenta óleos, acuarelas, y por primera vez, collages, en los que ha encontrado una manera de expresión que augura futuros cambios en su quehacer.

Lunes a viernes de 11 a 20hs en el Espacio Carlos María Pinasco, Av. Quintana 125

Lydia Zubizarreta, Nieve, oleo 120×120

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Publicado en Ambito Financiero

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